El siguiente paso fue conseguir los permisos de fabricante de armas de 4ª categoría. Fue un proceso largo, lleno de trámites y obstáculos, pero no nos rendimos. Cada documento firmado, cada revisión superada, nos acercaba más a nuestro sueño.
Cuando finalmente obtuvimos la licencia, estábamos listos. Con los conocimientos, los medios productivos y, sobre todo, el entusiasmo de quienes aman lo que hacen, nació nuestra primera carabina de fabricación propia.